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Si crees que tu perro no necesita paseos en la calle porque vive en una casa con jardín, te equivocas... Es el equivalente a que lo hicieras tú, no te es suficiente con tener un jardín para dejar de salir, el enriquecimiento ambiental es necesario para garantizar el bienestar animal. Además, los perros son animales sociales que ansían explorar el entorno y relacionarse con otros perros y personas. Te explicamos por qué deberías sacar a tu perro a pasear aunque tengas jardín.
1- ¿Por qué tengo que sacar a pasear a mi perro si tengo jardín?
2- ¿Qué problemas puede tener mi perro si no lo saco a pasear?
3- ¿Cómo deben ser los paseos con mi perro?
Un error muy habitual que cometemos los humanos es pensar que, para el perro, salir a pasear es una cuestión puramente fisiológica, es decir, que lo necesitan sólo para hacer sus necesidades. Es por ello que podemos caer en el error de creer que disponer de un gran jardín o terreno en casa es excusa para no sacar a pasear a nuestro perro.
Pero lo cierto es que, para nuestros compañeros peludos, pasear es una actividad sumamente necesaria, más allá de que sea el momento en el que aprovechan para realizar sus necesidades. Durante sus salidas, exploran el mundo, socializan con otras personas y animales y aprenden a enfrentarse a todo tipo de estímulos, desarrollando una respuesta sana frente a ellos. Un perro que sale a pasear con su dueño de forma habitual es un perrito equilibrado y feliz.
Los perros son animales de manada que no llevan bien la soledad. Disfrutan enormemente de la compañía de sus dueños pero también de otros animales. Si sacas a tu perro a pasear este podrá olisquear a otros perritos y jugar con ellos, observar a un gatito cruzar la calle corriendo y, en definitiva, familiarizarse con todos los habitantes que conviven a su alrededor. Incluso si consideras que tu perro es tímido y no suele acercarse a otros perros, créenos cuando te decimos que necesita de esta socialización para aprender a gestionar la presencia de otros animales.
Como ya sabes, los perros son grandes sabuesos. Su olfato es la herramienta que emplean para descubrir el mundo. Un perro que vive en un jardín y no sale de casa solo tendrá acceso a unos estímulos limitados. Siempre el mismo suelo, las mismas plantas, el mismo paisaje, las mismas personas… Esto puede llevarle al aburrimiento, la ansiedad y la depresión. Sin embargo, al salir a pasear podrá encontrarse con nuevos aromas y vivir diferentes experiencias que le harán sentirse mucho más completo y realizado.
Además el olfateo hace que la mente de tu perro se estimule enormemente, piensa que su bulbo olfatorio (la estructura neuronal encargada de interpretar el olfato) es 40 veces más grande en el perro que en el ser humano, por lo que es realmente estimulante para su mente poder hacer uso de su olfato descubriendo nuevos olores y rastros.
Se cansará más: piensa que un perro hace entre 30-40 RPM cuando corre, mientras olfatea hace entre 150-180 RPM. Si hasta ahora pensabas que tu perro solo necesitaba correr para cansarse, recuerda que olfatear puede cansarle 5 veces más a otros niveles.
Puede que en tu jardín tengas otros animales, haya plantas, insectos, juguetes o lo que sea, pero nada puede compararse a la cantidad de estímulos que un perro puede recibir durante un paseo por la calle. Ruidos inesperados, olores de los más variados, personas de todas las clases y tamaños, bicicletas que pasan zumbando a su lado… Salir a la calle y enfrentarse a todas estas situaciones permite a nuestro perro desarrollar estrategias de afrontación y normalización. De esta forma, se comportará de una manera equilibrada y tranquila en otras situaciones de su vida que se salgan de la rutina: cambiar de casa, ir al veterinario y convivir con niños.
Un perro que vive permanentemente aislado en un jardín, aunque sea uno enorme, no está acostumbrado a tratar con otras personas que no sean sus dueños. Esto puede hacer de él un animal huraño, huidizo e incluso agresivo, lo que puede acarrearnos muchos problemas si recibimos visitas. Durante los paseos, sin embargo, los perritos pueden contemplar el ir y venir de muchas personas diferentes, acostumbrándose a sus movimientos, olores y formas. Igual que en el punto anterior, esto es especialmente importante durante la etapa de socialización del cachorro.
Da igual si tu perro cuenta con un enorme espacio dentro de tu propiedad para correr y divertirse. Como animal social, necesita compañía para disfrutar de estos juegos. Si tu perro pasa horas solo en su jardín no esperes que juegue o se ejercite él solo. Sacarlo a pasear supondrá para él un ejercicio mucho más completo, ya que contará con tu compañía y un montón de estímulos divertidos para él.
- Estrés y ansiedad. Si tu perro no se siente estimulado puede mostrarse aburrido, pero también nervioso e inquieto. Esto puede llevarle a problemas de conducta como morder, romper cosas... Es importante tener en cuenta que esta es la parte de la ansiedad/estrés que a nosotros nos afecta, pero nuestro peludito está sufriendo emocional y fisiologicamente los efectos de ese estado de ánimo.
- Aislamiento. Al vivir recluido en un ambiente tan poco enriquecedor, tu perro podría volverse antisocial, rechazando la presencia de otras personas y perros. Sin duda, esto es contrario a la naturaleza del perro, que es un animal sociable que disfruta relacionándose.
- Problemas físicos. Cuando un perro se siente aburrido y poco estimulado cognitivamente es lógico que se vuelva sedentario. Esto podría derivar en problemas de obesidad y dolencias en sus articulaciones, entre otras patologías.
- Trastorno canino obsesivo compulsivo. Esta alteración del comportamiento es un problema muy grave que desata conductas repetitivas en nuestro perro, como ladrar continuamente, excavar hoyos de manera compulsiva, lamerse o rascarse demasiado, etc.
- Trastornos cognitivo-emocionales y problemas de conducta. Estos trastornos pueden ser asociados o consecuentes de menor y mayor gravedad, negativos tanto para el bienestar del animal como la calidad de la convivencia en el hogar.
Como hemos visto, el salir a pasear es un aspecto vital para tu perro. No se trata de una cuestión de salud física únicamente, sino también de salud mental. Para que nuestro perro se sienta completo, relajado y feliz tenemos que salir a pasear con él. Y no solo eso, sino que es recomendable que lo llevemos a lugares tan diferentes como sea posible: a la playa, a la ciudad (si vives en el campo) y al campo (si vives en la ciudad), a espacios concurridos, a zonas con tráfico… Cuanto más acostumbrado esté nuestro perro a todo tipo de entornos, mejor será su comportamiento y más confiado se sentirá en todos los ámbitos de su vida y en todas las situaciones que se le presenten.
Aunque hay diferentes necesidades según la raza, un perro necesita pasear entre 3 y 5 veces al día, alternando paseos cortos con al menos un paseo más largo (1 hora aproximadamente). En estos paseos, debes permitirle que se relaje oliendo a su ritmo, sin tirar de él, dejándole ser lo que es, un animal social que disfruta descubriendo el mundo que le rodea.
Además, pasear juntos reforzará aún más el vínculo entre tú y tu mascota. Tu perro se sentirá dichoso y completo al sentir que puede conocer su entorno de tu mano, contando con tu compañía y apoyo.
Recuerda que no importa lo grande que sea tu jardín, ni tampoco si vives en un piso pequeño. El tamaño de tu vivienda no influirá en la felicidad de tu perrito si lo sacas a pasear lo suficiente, sin excusas, variando de lugares y procurándole siempre diversión y estimulación.
Así que ya sabes, coge la correa y prepárate para disfrutar del aire libre con tu mejor amigo. ¡No sabes cuánto te lo agradecerá!