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Sabemos lo frustrante que puede llegar a ser salir a pasear con tu perro y que este no deje de mordisquear e intentar jugar con la correa. Este hábito de tu mascota resulta muy molesto, ya que convierte el paseo en un forcejeo constante y conlleva riesgos como que la correa se rompa y el animal se escape, que se haga daño en la boca o se trague algún pedazo de tela. Normalmente, este comportamiento se inicia en la etapa de cachorro a modo de juego, pero es importante que lo corrijamos cuanto antes para evitar que se convierta en un hábito para el perro adulto.
1- ¿Por qué mi perro muerde la correa cuando paseamos?
2- ¿Cómo evitar que mi perro muerda la correa?
3- ¿Qué materiales son más aconsejables?
- Falta de estimulación: si tu perro se siente aburrido o desmotivado durante los paseos, es posible que muerda la correa para entretenerse. Trata de llevarle a sitios diferentes y lleva con vosotros algunos de sus juguetes favoritos para que los paseos sean realmente enriquecedores para tu mascota.
- Dolor de dientes: tanto en los cachorros como en los perros adultos, morder la correa podría deberse a dolor en la dentadura, aunque en este caso notarás que tu mascota también muerde otras cosas.
- Nervosismo: si tu perro se siente estresado en el paseo, bien sea por estímulos externos demasiado intensos o porque no ha sido correctamente socializado, seguramente muestre su ansiedad mordiendo su correa. Es importante acostumbrar a los perros desde jóvenes a todo tipo de paseos, aumentando la variedad e intensidad de los estímulos progresivamente.
- Incomodidad: puede que al morder la correa tu perro te esté pidiendo libertad. Por la ciudad suele ser obligatorio llevar a los perros atados, pero asegúrate de llevarlo regularmente al campo o a recintos donde esté permitido que vaya suelto. Así podrá correr libremente y se sentirá mucho más feliz y realizado.
- Hábito: si la conducta surgió cuando era un cachorro y el animal no fue corregido o incluso recibió un refuerzo a esta actitud (con palabras cariñosas, caricias o incluso riñéndolo), es lógico que de adulto siga mordiendo la correa. También puede darse esta costumbre si sueles jugar con tu mascota al típico tira y afloja. En estos casos, el animal no sabe distinguir que la correa no es para jugar, por lo que hay que corregirlo y enseñarlo.
Sea por el motivo que sea, si tu perro muerde su correa constantemente y convierte los paseos en un conjunto de tirones, empujones y, en definitiva, en un rato estresante para ambos, no te preocupes. Revertir este comportamiento es posible, aunque requiere mucha paciencia si tu perro ya es adulto. Lo ideal es poner en marcha este entrenamiento mientras el animal todavía es un cachorro. Veamos algunas pautas para conseguir que tu perro deje de morder la correa.
Si tu perro es cachorro enséñale a tiempo a aceptar la correa y llevarla con tranquilidad y naturalidad. Antes de comenzar a salir a la calle, empieza a practicar en casa haciendo que tu mascota examine y huela la correa. Luego, pónsela durante un rato corto mientras lo premias con caricias o snacks, pero no os mováis, deja que la correa simplemente descanse en el suelo. Con este ejercicio conseguirás que tu perro comience a relacionar la correa con algo positivo.
Después de repetirlo varias veces, prueba a coger la correa y pasear con el cachorro por la casa. Si camina tranquilo a tu lado, recompénsalo con un premio, pero si se aleja, detén la marcha y llámalo. Cuando vaya hacia a ti, premia de nuevo con snacks o caricias. Poco a poco, puedes introducir en vuestro camino algunos elementos que puedan distraerlo, como juguetes u otras personas. Así medirás la capacidad de concentración de tu perro que, poco a poco, irá avanzando en este aprendizaje. A la hora de salir a la calle, una vez el perrito tenga todas las vacunas necesarias, comenzad por lugares tranquilos sin demasiados estímulos.
Este consejo puede aplicarse sea cual sea la edad del perro. Si durante el paseo, tu mascota comienza a intentar jugar con la correa o a morderla, párate y pídele que suelte si habéis entrenado esta señal. Puedes incentivarlo ofreciéndole uno de sus juguetes, lo que distraerá su atención y hará que deje la correa. Cuando se ponga a jugar con él, prémialo para que entienda que con ese objeto sí es divertido y agradable jugar.
Si tu perro ve la correa como un juguete, prueba a programar un rato de juego al día siempre a la misma hora. Establecer un horario puede ayudar a tu perro a entender que ese, y no otro, es el momento para divertirse jugando. Si ese ratito de juego es justo antes del paseo, seguramente tu perro esté ya bastante estimulado y disfrute de la salida de una manera más tranquila y estando mucho más concentrado. De esta forma, es más probable que no sienta el impulso de juguetear con la correa.
Si quieres que tu perro suelte la correa, no lo riñas, ya que podría interpretarlo como un refuerzo. Al fin y al cabo, cuando nos enfadamos con nuestra mascota le estamos prestando una atención que puede malinterpretar. Lo mejor en este caso es parar el paseo totalmente e incluso darle la espalda al animal, ignorándolo unos instantes. Si suelta la correa, retomaremos la marcha, pero si continúa mordiendo la correa, repetiremos el ejercicio para mostrarle al animal que cuando muestra este comportamiento, la diversión del paseo y de nuestras atenciones se detienen.
Otra idea es que juegues a acortar o soltar la correa en función de la actitud del perro. Cuando tu mascota muerda la correa, recógela enrollándola en tu mano para tensarla y acercar al perro a tu lado. Deja de caminar y quédate así unos instantes. Si tu mascota deja de morder, puedes soltar la correa para reforzar su comportamiento.
Cuando tu perro mordisquea la correa durante el paseo, intenta no dar tirones o retorcer la cuerda. Este forcejeo puede ser muy divertido para tu perro, de manera que estarás reforzando su conducta y la idea de juego que el animal tiene sobre la correa. Además, aunque el tirón no sea muy fuerte, quizá puedes hacerle daño sin querer. Lo más recomendable es probar algunos de los ejercicios que hemos mencionado antes y olvidarnos de tirar de la correa o reñir al perro.
Aunque lo más común es que tu perro muerda su correa para jugar, hay otras causas más serias que podrían explicar este comportamiento. Esta manía en apariencia inofensiva podría ocultar un trastorno del comportamiento, como la ansiedad canina o algún problema en los dientes o falta de nutrientes. No es lo más habitual, pero nunca está de más curarse en salud y visitar al veterinario para un chequeo de rutina. En los casos en los que el perro muestre una fijación excesiva por la correa y no reaccione al refuerzo positivo, recomendamos contar con el consejo profesional de un etólogo o adiestrador.
Mientras enseñas a tu perro a dejar de morder la correa, te recomendamos que utilices una correa lo más resistente posible. El nylon o el cuero son los materiales más adecuados tanto en el caso de que tu mascota muerda la correa como si no lo hace. Este tipo de tejidos son de alta calidad y muy fuertes, por lo que no será fácil que la correa se rompa.
Educar a nuestro perro para pasear correctamente es fundamental para que pueda disfrutar de todos sus beneficios. Mediante los paseos, los perros exploran el entorno, socializan con otros compañeros de especie y personas y se sienten estimulados cognitivamente. Si tu mascota no para de morder su correa de forma excesiva, no podrá beneficiarse completamente de esta rutina tan necesaria y positiva. Recuerda reconducir este comportamiento tan pronto como lo detectes para poder seguir gozando de agradables paseos con tu amigo peludo.