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Ya sea para ir al veterinario, hacer una visita o irse de vacaciones, hay algunas ocasiones en las que será necesario que nuestro perro viaje en coche. Algunos peludos toleran los trayectos en este transporte sin ningún problema, pero para muchos otros resulta un momento muy desagradable, ya que sufren mareos, vómitos y mucho nerviosismo. Con este panorama, muchos dueños de perros lo pasan tan mal al verlos sufrir que deciden evitar por completo los desplazamientos con ellos. Sin embargo, este medio de transporte es tan cotidiano para muchas personas que su uso se impone en numerosas situaciones. Por eso es importante conseguir que tu perro no se maree en el coche. Pero, ¿cuál es la solución?
1- Síntomas del mareo de los perros en el coche
2- ¿Qué puedo hacer si mi perro se marea en el coche?
La causa principal de que tu mascota se maree al viajar en automóvil es la falta de costumbre. Muchas personas pasan años sin llevar a su perro en el coche hasta que, un buen día, lo meten dentro de golpe para un largo viaje, sin realizar un proceso de adaptación. Esto es lo peor que puedes hacerle a un perro, ya que sentirá mucho estrés y podría incluso desarrollar un trauma. En numerosas ocasiones es este elevado grado de ansiedad el que lleva a los perros a marearse en el coche.
Sin embargo, también puede haber una explicación fisiológica al mareo de tu perro, especialmente si se trata de un cachorro o perrito joven. En estos casos, puede ocurrir que el oído del animal no esté completamente desarrollado, lo que causa alteraciones en el equilibrio que, lógicamente, empeoran en un coche en movimiento que va cogiendo curvas y baches.
Podrás identificar que tu perro está mareado durante un viaje en coche cuando notes en él estas señales (especialmente si el mareo se debe al estrés):
En los perros adultos la mayoría de los cuadros de mareo al viajar en coche se deben al estrés, que a su vez está causado por una falta de costumbre y una exposición repentina al estímulo. Dependiendo de la sensibilidad o grado de socialización del animal, un trayecto en coche, especialmente si es largo, con muchas curvas o por caminos sin asfaltar, puede resultar muy intenso, por lo que lo más recomendable es que el perro se adapte a esta situación desde su etapa de cachorro. Ten en cuenta que el movimiento, la incomodidad y el ambiente algo agobiante que se genera en el interior de un vehículo pueden hacer que este no sea el espacio más confortable para tu peludo.
A continuación te damos algunos consejos para que tu mascota se acostumbre a ir en coche y no sienta ni nervios ni mareo. Puedes aplicarlos tanto en perros jóvenes como en adultos, aunque en este segundo caso el proceso de habituación será más lento y tendrás que proceder con mucha más paciencia.
Para que tu perro se adapte bien a los viajes en coche es imprescindible que los asocie con algo positivo para él, y eso resultará imposible si no lo acostumbras poco a poco a este medio de transporte. Antes de montar a tu mascota en un coche, procura que este sea un espacio seguro para él en el que entre y salga con naturalidad. Para ello, pasa tiempo con tu perro en el interior del vehículo, con el motor apagado y las puertas abiertas primero. Puedes introducir algunos juegos, darle premios o comida, ponerle una camita para que duerma ahí… Haz todo lo que esté en tu mano para convertir el coche en un lugar agradable en el que tu perro esté a gusto. Así se sentirá más tranquilo y no sufrirá mareos y vómitos en el viaje.
Este es también un buen momento para presentarle al perro su método de anclaje en los viajes, bien sea un arnés con cinturón de seguridad o un transportín. Igual que con el coche, el objetivo es lograr que estos elementos se conviertan en un estímulo positivo para tu mascota, así que echa mano de paciencia, caricias y premios.
Una vez tu perro esté acostumbrado al coche, puedes comenzar a realizar pequeños trayectos con él a bordo. Recuerda dejar a su alcance su juguete favorito para que se entretenga y se sienta seguro, ya que su olor familiar le reconfortará. No es recomendable que el primer viaje que hagas en coche con tu perro sea largo o muy movido. te recomendamos que relacione el coche con paseos agradables por lo que finaliza el trayecto en un parque o bosque donde podáis pasear.
Podrás ir aumentando la longitud de los desplazamientos progresivamente, según veas como lo tolera.
En la educación de un perro, siempre se trabaja con refuerzo positivo, por lo que, si tu perro gimotea, llora o ladra durante el trayecto en coche, no lo riñas, pero tampoco lo consueles ni hagas muchos aspavientos, ya que solo lograrás reforzar esta conducta. Lo mejor es hablarle con naturalidad, infudiéndole calma. Si tu perro sigue poniéndose nervioso y mareándose en el coche significa que has ido demasiado rápido en el proceso de adaptación. Vuelve atrás y sigue los pasos que hemos comentado para conseguir que lo asocie con algo inocuo e incluso positivo para él. Otra situación diferente es que tu perro haya generado un trauma por una mala experiencia pasada, en cuyo caso te recomendamos contar con el consejo profesional de un etólogo.
Elijas el método que elijas para que tu perro vaya en el vehículo, asegúrate de que queda bien sujeto y no se desplaza o bambolea. Esto, además de evitar que tu mascota se maree, es imprescindible para garantizar su seguridad y la del resto de pasajeros del coche. Los arneses y cinturones deben ser de calidad y contar con cierre de seguridad, mientras que los transportines deben ir a los pies del asiento trasero, encajados junto al respaldo del asiento delantero. En el caso de los perros grandes que viajan en jaulas en el maletero, estas deben ir convenientemente fijadas para que queden sujetas. Cuanta mayor estabilidad tenga tu perro en el viaje, menos mareado se sentirá.
Un truco que puede ayudarte en el proceso de lograr que tu perro se acostumbre a viajar en coche es cansarlo para que, cuando entre en el vehículo, directamente se quede dormido o, al menos, más relajado. Cuanto más tranquilo esté tu perro, más difícilmente sufrirá mareos y náuseas. Una buena sesión de juego antes de coger el volante puede ser la clave de un viaje sin contratiempos para tu peludo.
Si el viaje es corto y siempre que tu perro no vaya a quedarse demasiadas horas sin comer, procura que no ingiera ningún alimento unas 2 horas antes de emprender la marcha. Si tiene el estómago lleno, el movimiento del coche podría hacerle sentir indispuesto y muy mareado, pudiendo llegar al vómito. Durante el viaje puedes darle algún premio si está tranquilo, para reforzar la experiencia positiva, pero intenta mantener el ayuno lo máximo posible. Si es imprescindible que coma antes de salir, procura que sea una comida ligera y que la coma despacio.
Todos nos hemos sentido mareados alguna vez al viajar en coche debido al sofocante calor que puede llegar a hacer en el interior de este vehículo. Pues esta situación es todavía peor para un perro, cuya temperatura corporal es superior a la nuestra y su capacidad para regularla, más limitada. En este sentido, es vital que la temperatura del coche no supere los 22°C y que se mantenga lo más estable posible. Eso sí, de vez en cuando procura apagar el aire acondicionado y abrir las ventanillas para renovar el ambiente y que tu peludo respire aire fresco.
Si quieres evitar que tu perro se maree y viaje más a gusto en el interior del coche, procura hacer paradas cada 2 horas como mucho. En este descanso, deja que tu perro haga pis, estire las patas, dale unas caricias y mimos y un poco de agua (pero que no se empache).
Los perros son animales muy inteligentes, por lo que es posible que el mareo, nerviosismo y malestar de tu mascota al ir en coche dependan del destino final del viaje. Aunque te parezca increíble, tu perro es capaz de prever muchas cosas gracias a su desarrollado olfato, a la asociación y, por supuesto, a sus recuerdos. Por ello, si os dirigís a un lugar que es negativo para él, como el veterinario, la residencia canina o la casa de familiares muy ruidosos, puede ser inevitable que sienta estrés y, por lo tanto, mareo. En estos casos puedes hablar con tu veterinario sobre alguna medicación suave para el mareo o incluso probar remedios naturales a base de jengibre o feromonas.
Con un correcto proceso de habituación, paciencia y mucho amor es posible que tu perro aprenda a viajar con tranquilidad y sintiéndose bien, aunque no olvides adaptar el espacio de tu vehículo para hacerlo lo más cómodo posible para él. Si tu peludo no mejora a pesar de estos consejos, es posible que haya sufrido una mala experiencia con el coche en algún momento de su vida, por lo que lo más adecuado es recurrir a un etólogo para trabajar este trauma y, aunque cueste un poco más, solucionar el problema. Bon voyage!