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Cualquiera que disfrute de la compañía de un perro sabe de primera mano que su amor es incondicional, a veces incluso más que el de cualquier ser humano. Sin embargo, ¿de qué manera nos lo demuestra, qué actitudes o acciones alimentan ese cariño, y cómo varía ello entre razas?
1- Las formas más comunes con las que nuestro perro demuestra que nos quiere
2- La influencia de la raza en la muestra de afecto
Seguramente algunos de los siguientes comportamientos o gestos resulten familiares entre nuestras mascotas, pudiéndonos haber cuestionado más de una vez su verdadero significado. Y es que si bien es cierto que los animales no pueden comunicarse verbalmente como lo hacemos los humanos, mediante su lenguaje corporal o hábitos son capaces de comunicar incluso un “te quiero”. Las siguientes serían las señales más comunes que dan pie a ello:
No hay nada como llegar a casa y que tu perro te dé la bienvenida emocionándose al verte. Y es que pese a que pueda haber varios motivos por los que un perro mueve la cola, la razón más probable es que se sienta feliz de verte llegar. Es más, esta felicidad también la expresan, pese a parecer extraño, sonriendo. Al convivir con los humanos desde tiempos ancestrales, los perros han aprendido a imitarnos hasta en nuestras expresiones faciales, por lo que saber su estado de ánimo es en realidad más evidente de lo que creíamos. No obstante, debemos saber diferenciar la felicidad del descontrol, ya que nuestra reacción podría fomentar una posible ansiedad por separación y hacer que nuestro perro no lo pase bien en nuestra ausencia.
Cómo reaccionar: es muy importante, sobre todo desde que es un cachorro, esperar a saludar a tu perro cuando este se haya tranquilizado. Si le acariciamos cuando sus niveles de energía están todavía muy altos, estaremos confirmándole el descontrol que siente al vernos, promoviendo en él que repita una conducta alocada y una ansiedad por separación cada vez mayor. Una vez que tu perro se haya calmado, acaríciale, sobre todo en zonas como el vientre o detrás de las orejas. Devuélvele la sonrisa y dile palabras amables con un tono de voz agradable o juguetón. Todo ello hará que tu perro vea que el entusiasmo por veros es mutuo desde la tranquilidad, y no desde la inquietud.
Pese a parecer algo incómodo, para la mayoría de los perros mirar fijamente a un humano mientras juega con él o le mima es un gesto de afecto íntimo y una muestra de confianza. De hecho, estudios revelan que, al mirarte, el cerebro de tu perro segrega oxitocina, la misma hormona que se segrega cuando las madres miran a sus bebés y forman un primer vínculo. No obstante, cabe diferenciar la mirada afectiva de la mirada desafiante o amenazante, ya que en esta última no deberíamos mantener el contacto visual de manera prolongada.
Cómo reaccionar: fortalece vuestro vínculo devolviéndole una mirada dulce o de complicidad, sobre todo durante sus rutinas como en los paseos, cuando le acaricias, o mientras jugáis.
Si tu perro no solamente te regala su tiempo estando contigo, sino también su juguete más preciado, es que confía en ti plenamente y quiere hacerte feliz mediante un obsequio. De hecho, varios estudios revelan que los perros no dejan sus juguetes a cualquiera, por lo que si viene a ti dispuesto a jugar es que sin duda formas parte de su círculo de confianza.
Cómo reaccionar: acaríciale con gratitud y tírale el juguete para que vaya a buscarlo y así fortalecer vuestro vínculo. En caso de querer ganarte su confianza y que te vea como un compañero de juego, sé tú el que dé el primer paso. Lánzale un juguete e invítale a que te lo traiga desde una actitud enérgica y motivadora.
Cuando un perro te deja o incluso te busca para que le mimes, es señal de que confía en ti y te aprecia. Es más, que te muestre zonas más vulnerables como el vientre es una garantía de que sabe que no le harás ningún daño. En cuanto a los abrazos, pese a que para nosotros sean una clara muestra de cariño, para ellos no tanto, por lo que en muchas ocasiones dejarán que les abraces simplemente porque te quieren.
Si alguna vez has pensado que los lametones de tu perro son una forma de “darte besos”, no ibas tan mal encaminado. De hecho, lamerte es la forma más habitual y conocida mediante la que los caninos demuestran su amor.
Si en algún momento has sentido que tu perro te sigue allá donde vas, seguramente lo primero que se te habrá venido a la cabeza es que quiera jugar o comer. Sin embargo, muchas veces simplemente está diciéndote que no quiere separarse de ti en ningún momento, ya que aprecia tu compañía y quiere mostrarte su lealtad. Es más, es tal la capacidad de empatía que tienen estos animales, que pueden leer tus emociones y mantenerse a tu lado cuando no te encuentres bien.
Los perros suelen dormir juntos en manada, por lo que no debería sorprendernos que quiera dormir cerca de nosotros a veces incluso en nuestra propia cama, aunque a no ser que sea por una necesidad especial que tengamos no lo recomendamos por diferentes motivos:
Por espacio: Puede ser incómodo ya que nos reduce el movimiento.
Por higiene: Tendrás que bañarlo frecuentemente y no olvidarte de limpiarle las patitas antes de dormir y si tienes una raza que muda su manto tu cama se llenará de pelos por lo que también incrementará la higiene de tu cama.
Por carácter: Hay que estar atento de que no genera hiperapego o protección de recursos.
Nuestros perros se suelen apoyar, sentar o acurrucar en nosotros, no solamente porque les de seguridad tenernos cerca y como símbolo de confianza plena, sino en algunos casos para mostrarle al resto que no quiere compartirnos con nadie más. De hecho, la soledad es un sentimiento que para algunos perros es difícil de sobrellevar al ser animales que siempre han vivido en manadas.
Los perros pueden percibir si les quieres o si simplemente son uno más de tu manada, por lo que devolverles estos gestos de cariño resulta clave para que se sientan parte de la familia. Y es que más allá de comprarles un arnés nuevo, cepillarlos, o de sacarlos a pasear, el amor que le das a tu mascota será al final lo que más valorará.
Pese a compartir hábitos y gestos similares como los anteriores, no todos los perros se comunican de igual manera con nosotros, siendo las diferencias genéticas entre razas un factor influyente. De hecho, la ascendencia es la que marca en gran medida los rasgos de comportamiento de nuestro perro y, por tanto, la manera en la que nos transmite su amor.
En el caso del Australian Cobberdog, popular por su carácter sociable y dulce, es muy común que sienta y haga sentir cariño desde la cercanía, integrándose enseguida como un miembro más de la familia. Esto implica que, si de por sí los perros nos demuestran su amor a diario, el Australian Cobberdog consiga que el apego que percibamos se magnifique desde la empatía, la gratitud, el entusiasmo y la amabilidad. Resulta frecuente, por tanto, apreciar una mayor sensibilidad por parte de esta raza en tanto a su capacidad para detectar las emociones y ser más cuidadosos en sus muestras de cariño, mostrando su apego siempre desde la delicadeza y el autocontrol. Es por ese motivo por el que, si te encuentras triste o con un ánimo más bajo de lo normal, el Australian Cobberdog intentará animarte dándote besos y estando a tu lado para evitar que te sientas solo.