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El coche es un medio de transporte muy utilizado para realizar viajes a corta y media distancia, aunque algunas personas incluso lo escogen para largos trayectos. A la hora de viajar con un perro, el coche es una elección muy práctica y rápida de gestionar, por lo que muchos propietarios la prefieren por delante del avión o del tren. Sin embargo, existen ciertas normas de seguridad que debes cumplir si deseas viajar con tu peludo, ya que de lo contrario podrías poner en riesgo su integridad y la del resto de pasajeros del vehículo. Por ello, antes de lanzarte a la carretera con tu perro, asegúrate de consultar la normativa de tu zona al respecto. Por lo general, las leyes establecen que ir en coche con tu perro está permitido siempre que este no entorpezca el ejercicio de la conducción ni impida la visibilidad al piloto. Tu mascota no deberá de tener acceso a la parte delantera del vehículo y deberá ir bien sujeto, para lo que existen diferentes sistemas de seguridad.
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La mejor manera de viajar con tu mascota en el coche variará según su tamaño y peso o su carácter. Hay perros que toleran muy bien los traslados en este medio de transporte, mientras que otros se marean, se ponen nerviosos y lo pasan realmente mal. Veamos las principales ventajas e inconvenientes de los distintos tipos de anclajes y sistemas de retención para viajar con tu perro en coche.
La seguridad de tu perro y de los pasajeros del coche es lo primero en lo que debes pensar. Sin embargo, también es muy importante tener en cuenta que el viaje sea una experiencia lo más agradable posible para tu peludo, ya que si no podría sentir mucho estrés e incluso generarse un trauma. Te damos algunas recomendaciones para que viajar con tu perro en coche sea cómodo y tranquilo para él.
Si quieres llevar a tu perro en coche sin que sienta miedo o ansiedad, lo mejor que puedes hacer es socializarlo desde pequeño. Cuando son cachorros, estos animales son mucho más flexibles y todo lo que normalicen en esta etapa les permitirá ser más tranquilos y adaptables en el futuro. Para ello, puedes empezar por enseñarle a tu cachorro el coche, dejando que lo huela por fuera. Luego, déjale explorar su interior para que olisquee los asientos y se acostumbre a las texturas. La siguiente vez, quizás puedes probar a arrancar el motor y estudiar la reacción de tu peludo. Poco a poco, pasa de viajes cortitos a trayectos más largos, dejando que tu perro se habitúe lentamente a este medio de transporte. Recuerda emplear el refuerzo positivo y procurar siempre que los traslados en coche sean experiencias positivas para él.
Si vas a hacer un viaje largo con tu peludo, asegúrate de hacer varias paradas para que pueda estirar las patas, beber agua fresca, comer un poco (si no se marea en el coche) y hacer sus necesidades. La frecuencia de las paradas dependerá del temperamento de cada perro y lo bien o mal que tolere el viajar en coche, pero intenta descansar al menos cada dos horas.
Los perros no tienen tanta facilidad como los humanos para regular su temperatura corporal. Por eso, es crucial que mantengas una temperatura agradable en el interior del vehículo. Procura que no le dé sol directo y que el calor no sea intenso. Puedes abrir un dedito la ventanilla para que circule el aire, siempre que no sea molesto (por ejemplo, en la autopista), o encender el aire acondicionado a una temperatura suave.
Puede que tu perro sea un aventurero y le guste sacar la cabeza a través de la ventanilla con el coche en marcha. Sin embargo, no es buena idea que le dejes hacerlo, ya que podrían introducirse en sus ojos y en sus oídos pequeñas partículas, piedras o insectos, llegando a causarle conjuntivitis u otitis. Además, a la velocidad a la que van los coches por una carretera o autopista, cualquier objeto que pudiera salir volando de otro coche lastimaría mucho a tu mejor amigo. Mejor deja la ventanilla cerrada o abierta muy poquito para que se airee el ambiente.
Para los viajes en coche con tu perro es importante que lleves una botella de agua para, durante las paradas, darle de beber y que pueda hidratarse y refrescarse. En cuanto a la comida, si tu perro tiende a marearse en los trayectos en este vehículo, es mejor que no le des de comer un rato antes del viaje. Si no tiene este problema, puedes alimentarlo sin problema antes, durante las paradas y después del viaje, aunque mejor que lo hagas en pequeñas cantidades.
Si a tu mascota no le emocionan los viajes en coche, ¿qué tal si le dejas a su alcance sus juguetes favoritos? Introdúcelos en su transportín o jaula, en el caso de que viaje en uno de esos sistemas de retención, o si no, simplemente colócalo cerca de él. Te recomendamos un juguete tipo kong, ya que los perritos se entretienen mucho tratando de extraer premios de su interior. En cualquier caso, tener sus juguetes cerca le dará una mayor sensación de seguridad a tu perro, y lo mantendrán más distraído y tranquilo.
Viajar con tu perro exige unos preparativos y algunas cosas a tener en cuenta cuando lleguéis al destino. Antes de viajar, asegúrate de que tu peludo haga sus necesidades, para que así pueda aguantar cómodamente hasta la primera parada. También puede ayudar jugar con él un rato antes para que queme energía y llegue al viaje mucho más relajado. Una vez termine el trayecto, dale agua a tu perro y comida (si la quiere, ya que si está un poco mareado quizá prefiera esperar un poco). Además, deberás llevar a pasear a tu perro cuanto antes para que estire sus patitas y su espalda después de tanto rato de inactividad.
Igual que les sucede a algunas personas, ciertos perros podrían sentirse muy mareados al viajar en coche, pudiendo incluso llegar a vomitar. Si es el caso de tu mascota y no tienes otra opción a la hora de viajar, como dejarlo a cargo de un familiar o persona de confianza, el veterinario podrá prescribirle algunos medicamentos para el mareo.
Por otro lado, recuerda que es muy importante que las primeras experiencias del perro con el coche, ya sea de cachorro o de adulto, sean en trayectos cortos, terminando, si es posible, en un sitio agradable como un parque o un bosque para que pueda pasear. Así relacionará el viaje en coche con algo positivo. Si solo montas a tu mascota en el vehículo una vez al año para las vacaciones o cuando toca ir al veterinario, con trayectos largos y sin una adaptación progresiva, difícilmente tolerará bien esta situación. Si has intentado acostumbrar a tu perro al coche poco a poco y trabajando el refuerzo positivo y, aún así, sigue estando muy nervioso e inquieto en los viajes, te recomendamos que busques el consejo de un etólogo.
Por último, recuerda que nunca jamás debes dejar a tu perro solo en el interior del coche. En estas situaciones, la temperatura puede subir mucho rápidamente y tu mascota podría sufrir un golpe de calor o incluso ver comprometida su vida.
Ahora que sabes cuáles son los métodos más seguros para viajar con tu mascota en coche y conoces nuestros consejos para que lo haga de forma agradable y cómoda, ya puedes utilizar este medio de transporte para vivir mil aventuras junto a tu peludo. ¡Buen viaje!