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Cada vez son más las ciudades que favorecen la inclusión de los perros en la sociedad, reconociendo así a estos animales como otro miembro más de la familia y no únicamente una mascota. Ámsterdam, París, Bruselas, Berlín y San Francisco son solo algunas de las muchas ciudades que tratan a nuestros amigos de cuatro patas como residentes. Sin embargo, ¿qué es lo que hace que una ciudad sea dog-friendly como tal? o en otras palabras, ¿qué hace que una ciudad sea el mejor destino para que nuestro perro se quede a vivir?
1- ¿Qué entendemos por ciudades “dog-friendly”?
2- Las 7 características de toda ciudad dog-friendly
3- ¿Puede cualquier perro residir en una ciudad "dog-friendly"?
Se trata de ciudades que adaptan sus servicios, establecimientos, o incluso legislación a las necesidades de los perros, no únicamente a las de los humanos. Así, los derechos de nuestros caninos son reconocidos a un estatus mayor para que puedan formar parte de nuestra vida urbana, en favor también de todo el beneficio que esto supone para nosotros como propietarios.
San Francisco sería el más claro ejemplo de ciudad “dog-friendly”. Ya sea por las cinco playas que tiene para perros, los innumerables parques, el libre acceso a mascotas en espacios públicos, o incluso menús caninos adaptados en restaurantes, San Francisco es considerada por muchos la mejor ciudad en la que un perro puede vivir. No debe sorprendernos, pues, que el número de perros en esta ciudad sea incluso mayor que el número de niños.
En favor del reconocimiento de todo lo que nuestras mascotas hacen por nosotros, la compañía americana Mars ha elaborado un modelo mediante el cual, en base a 12 rasgos principales agrupados en 4 pilares (negocios, hogares, parques y refugios), se puede certificar a una ciudad como “Pet-Friendly”.
Desde DOGKING, hemos decidido condensar y enfocar estos requisitos exclusivamente a los perros, obteniendo como resultado 7 características que hacen que toda ciudad “dog-friendly” sea considerada como tal:
El poder adaptar las ciudades a los perros, tanto en su día a día como en el nuestro, permite evitar numerosos casos de abandono animal. Perros que acabarían en refugios dadas sus circunstancias, tienen muchas más posibilidades de tener un hogar en una ciudad dog-friendly al contar con un mayor reconocimiento de sus derechos allá donde vayan.
En las ciudades dog-friendly las leyes pasan a reconocer a los perros como seres que sienten y no como cosas. Por ello, queda terminantemente prohibido cualquier tipo de maltrato, mutilación por motivos estéticos, matanzas o atamiento de un perro por tiempo prolongado, entre otras crueldades.
En cualquier ciudad sería impensable sacrificar a un ciudadano, ¿por qué debemos permitir, entonces, que un perro sí sea sacrificado? Esta es la pregunta que toda ciudad dog-friendly se hace y que ha llevado a impedir legalmente que, pese a no tener dueño, hogar, o identificación alguna, ningún perro sea sacrificado.
Las normas legales conocidas comúnmente establecen que ningún perro puede acceder a un transporte público como el bus, el metro o el tren, independientemente del tamaño o de la raza. En el caso del taxi, es común que solo aquellos perros con un peso inferior a 10 kg. puedan acompañar a sus dueños en el trayecto, y siempre y cuando sean llevados en un transportín. En las ciudades dog-friendly la cosa cambia, ya que cualquier perro de cualquier raza, sexo, edad, o tamaño puede acceder libremente al transporte tanto público como privado, siempre y cuando se respete al resto de la ciudadanía. Y es que, al igual que nosotros podemos estar cansados de andar o debamos atravesar largas distancias, nuestro perro también puede desgastarse físicamente. Es por ello por lo que en estas ciudades se sostiene que no debería haber ningún impedimento, tanto para su movilidad como para la tuya al ir con él.
Tanto en interiores como al aire libre, en este tipo de ciudades los perros no solamente cuentan con libertad de acceso, sino que muchos espacios están adaptados para darles un mejor trato. Ya sea en hoteles, restaurantes, o bares, los perros pueden gozar de un servicio que permita asistir también a sus necesidades. En algunos hoteles, por ejemplo, puedes tener a tu disposición una cama para favorecer el descanso de tu canino, así como recipientes para su comida y bebida.
Cada vez se está tomando mayor conciencia de lo positivo que puede ser para nuestra salud mental la compañía de un perro, y el ámbito laboral no es una excepción. De hecho, alrededor de un 70% de millennials estarían dispuestos a ganar un salario menor si a cambio pudiesen llevar a su perro al trabajo. Y es que esto no solamente otorga un mejor equilibrio entre la vida personal y la profesional, sino que estudios revelan que promueve mayores niveles de productividad. Por estos motivos, es común ver en las ciudades dog-friendly a perros en oficinas o acompañando a sus propietarios en otros puestos de trabajo.
Para garantizar una convivencia pacífica y poder disfrutar de la compañía de nuestro perro en todo el ámbito urbano, en las ciudades dog-friendly los dueños también deben poner de su parte. Si nuestro perro tuviese problemas de conducta, por ejemplo, convendría realizar un adiestramiento antes de darle acceso a ciertos espacios, tanto por su bien como por el bien del resto de residentes. Además, pese a que se abran espacios tanto exteriores como interiores, todo propietario deberá conocer cuándo es necesario llevar a su perro atado, las normas de conducta tanto implícitas como explícitas que hay que cumplir (ej.: no ladrar en un restaurante), así como evitar dejarlo solo.
El Australian Cobberdog, al ser una de las razas más versátiles que existen, sería todo un ejemplo de civismo aun con la libertad que otorga para un perro el vivir en una ciudad dog-friendly. Dada su personalidad sociable y amigable, es inevitable que desde cachorros sientan curiosidad por relacionarse con otros perros y humanos. Esto no solamente garantiza la armonía y seguridad en cualquier espacio ya sea abierto o cerrado al que vayan, sino que además ayuda a establecer un ambiente agradable, sea en el trabajo, un restaurante, o un centro sanitario. Además, mientras que puede haber otros perros que ante la falta de un adiestramiento riguroso y persistente puedan suponer cierto riesgo, el Australian Cobberdog tiene un carácter tan dócil y centrado en agradar, que enseñarle a comportarse en cualquier parte es algo que le encantará que hagas y que aprenderá con facilidad.