Tiempo de lectura aproximada: 8 minutos
Seguro que has oído hablar del síndrome postvacacional o quizás incluso lo has experimentado en tus propias carnes. ¿Sabías que tu perro también puede padecerlo? Durante las vacaciones, los horarios y rutinas de nuestras mascotas se ven muy alterados, con el agravante de que ellas no pueden entender qué es lo que está pasando para que todo cambie tan de repente. Sin embargo, dado que estas alteraciones normalmente se producen en positivo (más tiempo con sus dueños, mayor cantidad de estímulos, paseos más largos, etc.), es cuando toca volver a casa cuando los perros pueden sufrir los estragos de este cambio de su rutina.
1- Síntomas del estrés postvacacional en perros y cómo afrontarlo
2- ¿Es recomendable llevar a tu perro de vacaciones contigo?
Ahora que los felices días de vacaciones y relax llegaron a su fin, es posible que tu mascota tenga que enfrentarse a un enorme cambio en sus hábitos. Seguramente, ahora le tocará pasar mucho más tiempo solo, los paseos serán más cortos y menos estimulantes y no gozará de tantas atenciones por tu parte. Para acompañar a tu querido amigo en su proceso de adaptación tendrás que brindarle todo tu cariño, paciencia y comprensión.
Ten en cuenta que los perros se benefician de las rutinas, que necesitan para gestionar sus emociones y regular su comportamiento. Normalmente, las vacaciones duran unos pocos días y, por muy idílicas que estas sean, lo más probable sea que a tu perro no le dé tiempo a adaptarse al nuevo entorno. Y, entonces, poco después, deberá cambiarlo todo de nuevo para volver a su vida de antes. Esta situación puede llegar a ser muy estresante para tu mascota, por lo que te recomendamos tener en cuenta los siguientes consejos si notas alguno de estos síntomas en tu perro. Así le facilitarás el proceso de adaptación para que sea lo más rápido y agradable posible.
Fruto de todos los cambios que ha experimentado en un corto tiempo, es posible que notes a tu mascota apática, sin ganas de moverse mucho e indiferente ante juegos que antes le motivaban. Puede que lo veas dormir más de lo habitual y se muestre triste y alicaído. Piensa que tu perro ya no puede pasar tanto tiempo de calidad contigo como antes, por lo que te echará de menos. Además, puede sentirse aburrido o desmotivado ante un corte tan brusco en la gran cantidad de estímulos que experimentó durante las vacaciones.
Qué hacer: Intenta que el cambio sea lo más gradual posible para tu mascota. Los primeros días, pasa más tiempo con él de lo normal y preocúpate de que se sienta estimulado, por ejemplo, alargando los paseos o llevándolo a algún lugar que conozca pero al que no vayáis desde hace tiempo. También puedes probar a comprarle juguetes nuevos que le gusten o sacar alguno con el que no haya jugado en mucho tiempo. Sea como sea, busca algo con lo que tu perro disfrute verdaderamente.
Si tu perro siempre ha disfrutado de tu compañía pero, al volver de vacaciones, literalmente no te lo quitas de encima, es posible que te eche mucho de menos. Al volver a tu trabajo y obligaciones, habrás dejado de pasar tanto tiempo con él. Tú tendrás clara la razón, pero tu amigo peludo te aseguramos que no entenderá nada de nada. Por ello, puedes notar que tu mascota está más apegada a ti, te sigue a todas partes y se comporta de manera celosa o territorial contigo cuando estáis con otras personas.
Qué hacer: Si te resulta posible, una buena idea sería no volver de vacaciones el mismo día que tengas que volver a trabajar y durante las vacaciones dejarlo solo en algún momento. De esta forma, el cambio de hábitos será más gradual para tu perro. Por otro lado, es posible que tu mascota trate de llamar tu atención con ladridos o llanto, subiéndose encima de ti o con algún otro comportamiento parecido. Intenta no reaccionar a estas llamadas de atención de tu perro y préstale atención solo cuando se haya tranquilizado. Así evitarás reforzar este tipo de conductas, al tratarse de un momento vulnerable para el perro, podrían alargarse en el tiempo. En los primeros días tras las vacaciones, dale mucho cariño a tu mascota y fija rutinas de mimos, juegos o cepillado a horas concretas que le ayuden a recuperar el equilibrio y a sentirse querido y valorado.La falta de apetito y rechazo de la comida es uno de los síntomas más preocupantes de un cuadro postvacacional canino. Seguramente las horas de comer de tu perro se hayan visto alteradas durante las vacaciones. Quizás, incluso le has consentido más de la cuenta con snacks o premios, y con la nueva rutina, tu perro no muestra interés por su alimento de siempre o no tiene hambre en el nuevo horario de comidas. Esta menor ingesta de comida puede provocar que el animal esté apático y decaído.
Qué hacer: Dado que la alimentación es un tema muy importante y las alteraciones en este sentido pueden causarle muchos problemas a tu mascota, te recomendamos que trates, en la medida de lo posible, de mantener los horarios de su comida incluso en vacaciones. Puedes comprar comederos portátiles que se pliegan y no ocupan nada de espacio y llevar siempre en la mochila un poco de pienso o comida húmeda para alimentar a tu perro a la hora a la que está acostumbrado. Eso sí, busca un lugar tranquilo en el que se sienta seguro y que no realice ejercicio intenso durante un par de horas para facilitar la digestión y problemas más graves como la torsión estomacal. Por otro lado, ya en casa, trata de recuperar la rutina lo antes posible y consulta con un veterinario si la falta de apetito persiste varios días.
Algunos perros pueden sentirse muy desorientados al volver a casa tras las vacaciones. Tanto, que incluso pueden olvidar hábitos tan instaurados como el de orinar o hacer caca fuera de casa. Si al volver a la rutina te encuentras un regalito de tu perro en casa, no te alarmes ni te enfades con él, seguramente sea cosa del síndrome postvacacional. De hecho, al igual que las horas de las comidas, este es otro de los aspectos que no deberían cambiar en la vida de tu perro ni siquiera en vacaciones. Sacar a tu perro a que haga sus necesidades es fundamental en cualquier situación, así que no permitas que en vacaciones se aguante las ganas para salir más tarde ya que, puede que lo consiga esta vez, pero quizás no haya tanta suerte cuando tenga que cambiar de nuevo los horarios de salir al volver a casa.
Qué hacer: Los primeros días tras volver de vacaciones, intenta sacar a tu perro más a menudo para acertar con el momento en que tenga ganas de hacer sus cosas ya que, probablemente, a estas alturas el pobre tenga un buen lío en la cabeza. Puedes ir espaciando las salidas hasta volver a la normalidad. Así evitarás accidentes y el sufrimiento innecesario de tu mascota al aguantarse las ganas.
Al volver de vacaciones, algunos perros se muestran decaídos, pero otros, todo lo contrario. Quizás notes a tu mascota con demasiada energía y nerviosismo. Puede que ladre más de la cuenta o muerda cosas cuando antes no lo hacía. En estos casos, es probable que tu perro esté reaccionando a un descenso brusco en su grado de actividad. En vacaciones abundan los largos paseos, las carreras por la montaña y la playa, los saltos y los juegos. Pero, al volver a la rutina, puede que no le estés dando a tu perro la actividad que necesita para lograr una transición adecuada.
Qué hacer: Los primeros días procura que tu perro haga más ejercicio que antes de iros de vacaciones. Alarga los paseos y proponle juegos que requieran carreras o saltos. Así quemará más energía y gestionará su frustración y ansiedad a través de la actividad física.
Si tienes un perro extrovertido, sociable, joven o adulto que disfruta con nuevos entornos y estímulos, no habrá ningún problema por llevarlo contigo en vacaciones, basta con seguir los consejos que te hemos dado y acompañarle con mucho cariño en el proceso de adaptación, que será breve y no demasiado intenso. El Australian Cobberdog, por ejemplo, es un perro muy alegre y sociable que se adapta fácilmente a los nuevos entornos. Como todos los perros, necesita una regularidad en sus hábitos, pero con mucho mimo y atenciones, volverá a ser el de siempre enseguida.
Sin embargo, si tu mascota es muy tímida, ansiosa, es mayor o tiene problemas de salud, quizás debas considerar el que te acompañe en las vacaciones. Probablemente estará mejor en compañía de algún ser querido al que conozca y, aunque te echará mucho de menos, al menos no sufrirá con la alteración de sus hábitos, algo que en algunos perros puede llegar a ser muy intenso y difícil de gestionar.
Por último, si notas que tu mascota sigue rara, sin apetito o decaída varios días después de haber regresado de vuestras vacaciones juntos, no estaría de más un chequeo en el veterinario para descartar problemas típicos de los períodos vacacionales (alteraciones digestivas, picaduras, parásitos, dolores musculares, insolaciones, etc.).