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Si te gusta tener plantas en casa, seguro que sabes que mantener a tu perro alejado de ellas puede convertirse en todo un reto. Los perros suelen sentir una gran atracción por todo tipo de plantas, y casi siempre que detectan una cerca, acuden a olfatearla. Pero, en muchos casos, además, pueden llegar a lamerlas, masticarlas o incluso ingerirlas, algo muy peligroso ya que, además de destrozar nuestras macetas y jardines, puede causar una intoxicación en su organismo.
Y es que ciertas especies de plantas son venenosas para los perros, generándoles síntomas muy molestos como urticaria, edema o trastornos digestivos. En casos puntuales, los efectos pueden ser más graves e incluso poner en riesgo la vida de nuestra mascota.
1- ¿Qué lleva a un perro a morder o tragar una planta?
2- ¿Cómo mantener a tu perro alejado de las plantas?
3- Ofrece a tu perro un estilo de vida enriquecedor
4- Practicad ejercicios de autocontrol
5- Utiliza un repelente natural
6- ¿Qué hago si mi perro se ha comido una planta?
- Curiosidad: Los perros poseen un fuerte instinto explorador, lo que podría llevarles a oler y probar las plantas. Esto sucede especialmente en la etapa de cachorros.
- Aburrimiento: Un perro poco estimulado, que no hace suficiente ejercicio o pasa mucho tiempo solo, buscará maneras de entretenerse y motivarse, como por ejemplo, comer plantas.
- Ansiedad: Un perro estresado puede llegar a comer plantas como una conducta estereotipada para sentirse mejor.
- Carencias nutricionales: Si tu perro no consume suficiente fibra en su dieta o le faltan vitaminas podría intentar obtenerlas de las plantas que encuentra a su alcance.
Que tu perro coma plantas es una conducta natural que, en la mayoría de los casos, obedece a su afán de exploración y a la curiosidad que le despiertan su olor y sabor. Sin embargo, si quieres mantener a salvo a tus plantas de las dentelladas de tu peludo es importante que cortes su libre acceso a las macetas que tengas en casa o al jardín. Ten en cuenta que, aunque no lo sepas, puedes tener en tu hogar alguna especie tóxica para tu peludo. Los potos, los aloes, la hiedra, las hortensias, el narciso, el ciclamen, la cica o las azaleas son solo algunas de las plantas peligrosas para los perros, pero la lista es mucho más extensa. Infórmate bien de qué variedades son seguras para tu peludo y priorízalas en tu colección de plantas.
Para mantener a tu perro alejado de las plantas de tu casa puedes instalar una valla lo suficientemente alta, en el caso de que tengas un jardín o, si lo que tienes son macetas, puedes colocar una rejilla alrededor para evitar que tu perro la muerda. Otra solución es colocar los tiestos a bastante altura, en una mesa o estante, para que tu perro no llegue. Si las plantas son de interior, cierra la puerta de la habitación siempre que tu mascota no tenga supervisión para evitar accidentes.
Si te preocupa que tu perro coma plantas cuando salís a pasear o de excursión, debes de estar muy atento/a. Algunas plantas son totalmente inocuas para los perros, pero incluso en ese caso podría contener pesticidas y ser igualmente peligrosas. Si tu perro trata de comer plantas, dile “no” con firmeza. Distraerlo rápidamente con otro estímulo interesante, como un juguete, lo ayudará a dejar atrás su impulso de comérselas.
Muchos perros pueden llegar a comer plantas por puro aburrimiento. Para evitarlo, saca a tu perro a pasear con frecuencia (al menos una vez al día, que sea un paseo largo y relajado). Juega con él tanto a actividades físicas, como la pelota, o a actividades mentales y olfativas para que también goce de una estimulación cognitiva. Pasa tiempo con él y evita las situaciones de soledad prolongada o encierro. Si tu perro tiene una vida equilibrada y feliz será menos probable que coma plantas.
Si tienes muchas macetas en casa o sueles salir con frecuencia con tu perro a lugares con mucha vegetación, quizá te sea complicado impedir su acceso a las plantas constantemente. En cualquier caso, la mejor solución a largo plazo es enseñar a tu perro a que no debe comer las plantas. No es la alternativa más rápida, pero sí la más aconsejable y la que te hará estar más tranquilo, ya que aunque te olvides de cerrar una puerta o dejes una maceta en el suelo, tu perro sabrá que no le está permitido morderla.
Para ello, debes practicar con el control de impulsos de tu perro. Estos ejercicios son muy beneficiosos para estos animales, ya que los ayuda a gestionar sus emociones y a comprender que no pueden hacer lo que quieran, lo que los convierte en mascotas mucho más tranquilas y equilibradas. Primero, busca una señal adecuada para tu objetivo, como “quieto” o “suelta” y trabájala con tu peludo para que la entienda. Luego, cada vez que compres una planta, deja que tu perro la huela para satisfacer su curiosidad, y a continuación, déjala en su sitio. Si tu perro intenta morderla por impulso, dile la señal escogida. Si te obedece, recuerda premiarlo con un snack o caricias y palabras de felicitación, pero si sucumbe a su impulso, dile “no” firmemente y quítale el acceso a la planta sacándolo de la habitación o del jardín o, si estáis fuera, siguiendo con el paseo en otra dirección. Al principio puede que te cueste, pero poco a poco tu perro comprenderá que la planta no es un juguete y que no te gusta que se acerque a ella.
Otro truco que puedes emplear para que tu perro no se sienta atraído por las plantas y flores es rociarlas con un repelente natural que enmascare su olor. No utilices nunca repelentes comerciales químicos, ya que su olor es muy desagradable para el sensible olfato de los perros. Estos productos tan fuertes resultan un estímulo adverso para el perro, por lo que estaríamos educándolo con un refuerzo negativo, algo que nunca se aconseja. Lo más recomendable es fabricar tu propio repelente natural a base de cítricos, un aroma que no atrae a los perros pero que resulta seguro para ello. Mezcla un puñado de cáscaras de limón y naranja en un litro de agua, lleva a ebullición y, tras varios minutos, retira del fuego y añade el jugo de un limón al líquido. Deja que enfríe, pasa a un pulverizador y rocía tus plantas con este repelente natural apto para mascotas.
Si a pesar de todos los impedimentos, tu perro ha conseguido acceder a una planta y la ha ingerido, trata de identificarla a través de alguna aplicación o búsqueda por imagen. Si se trata de una especie tóxica para los perros, no esperes a que aparezcan síntomas y, por si acaso, lleva a tu peludo al veterinario. Si la planta que ha comido no es, a priori, tóxica para tu perro, observa su comportamiento las siguientes horas por si aparecieran síntomas digestivos por irritación o vómitos, aunque lo más probable es que no suceda nada.
Ya sabes, para evitar que tu perro coma plantas no dejes que acceda a ellas, ayúdale a controlar sus impulsos y procúrale una vida rica y estimulante.