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Con la llegada del verano, el calor aprieta y puede hacer que nos sintamos aletargados, cansados e incluso irritados. Las altas temperaturas influyen tanto en nuestro ánimo como en nuestra salud, y lo mismo les sucede a nuestros perros. El verano puede ser una época muy feliz para tu peludo gracias a los largos días de playa, las excursiones al campo y al mayor tiempo que pasa a tu lado en tus vacaciones. Sin embargo, esta calurosa estación también puede conllevar algunos riesgos para su salud.
Los perros, que tienen una temperatura corporal media de un par de grados superior a la nuestra, poseen ciertos mecanismos para regular su temperatura, como el jadeo o la transpiración en las zonas de las almohadillas y la barriga. Sin embargo, si el calor es muy intenso, tu mascota puede llegar a tener serios problemas para bajar su temperatura corporal, pudiendo sufrir un golpe de calor. Además, algunos peludos son más vulnerables que otros al calor, como los de color negro y pelo corto, los que tienen sobrepeso, los senior o los de razas chatas, como el carlino, ya que no pueden regularse a través del jadeo de forma tan eficiente.
- Síntomas de un golpe de calor en perros
- ¿Cómo puedo proteger a mi perro en verano?
9- Ojo con la piscina y la playa
Al igual que las personas, los perros pueden sufrir golpes de calor si están expuestos a sol intenso y altas temperaturas durante mucho rato. La hipertermia canina produce un sobrecalentamiento del organismo de tu mascota, que podría alcanzar una temperatura de hasta 42 °C, tres grados por encima de lo habitual. Estos son los síntomas de un golpe de calor en perros:
Confusión, actitud inquieta o aletargada, Salivación excesiva, Jadeo muy intenso y dificultad para respirar, Piel seca y más caliente de lo habitual, Diarrea o vómitos, Inestabilidad o mareo, Encías muy rojas o lengua azul., Falta de apetito, Aumento del ritmo cardíaco. Si sospechas que tu mascota está sufriendo uno, llévala rápidamente al veterinario, ya que las consecuencias podrían llegar a ser graves. Golpes de calor : cómo prevenirlo, cómo detectarlo y qué hacer si tu perro sufre uno.
El calor y la exposición solar no son los únicos riesgos que el verano trae aparejados para nuestras mascotas. Existen ciertas situaciones típicas de esta época del año que pueden restarle bienestar a tu peludo. Toma nota de estos consejos para cuidar a tu perro en verano y que pueda disfrutar de esta estación de manera segura.
Durante los paseos veraniegos, el sol intenso será el peor enemigo de tu mascota. Por ello, te recomendamos que lo saques a primera hora del día o a última hora de la tarde. Nunca pasees con tu perro a pleno sol, especialmente durante las horas centrales del día. Mejor busca espacios sombreados y con vegetación en las que tu mejor amigo pueda refrescarse un poco. ¡Incluso estaría genial si os topáis con algún parque con aspersores! Recuerda que si hace mucho calor, el asfalto podría alcanzar temperaturas altísimas, quemando las almohadillas de tu perro. Para evitarlo, comprueba si pisar el suelo es seguro para él tocándolo con el dorso de tu mano durante 5 segundos. Si no puedes aguantar sin quemarte, entonces tu mascota tampoco.
En verano es más importante que nunca que tu perro esté hidratado. Para ello, procura que tenga acceso constante a agua fresca y limpia. Puedes refrescarla con un cubito de hielo para que le resulte más atractiva. Otra opción más sabrosa es cocinar caldos de carne caseros sin sal y ofrecérselos fresquitos. También puedes incentivar el consumo de líquidos de tu peludo preparándole snacks de hielo con caldos, frutas o incluso bebidas vegetales, siempre en función de la tolerancia que tenga a estos alimentos. (Reel de helados)
Los perros no tienen tantos recursos como nosotros para refrescarse, así que necesitan de nuestra ayuda para combatir el calor. Una idea muy práctica para mantener una temperatura regulada es refrescarle las almohadillas ya que es la zona por donde transpiran. También puedes acariciar a tu peludo con las manos humedecidas por la barriguita, comprarle una cama refrigerante y utilizar ventiladores o aire acondicionado para mantener una temperatura adecuada en el interior de tu casa. Es posible que en los días de más calor notes que tu perro se esconde en lugares atípicos. Déjalo hacer, ya que seguramente su instinto lo lleve al lugar más fresquito de la casa o con mayor corriente de aire. De igual forma, si cava un hoyo en el jardín y no suele hacerlo nunca, es posible que trate de protegerse del sol y el calor.
Aunque, afortunadamente, cada vez hay más información sobre ello, aún existen algunas personas que creen que rapar el pelo a sus perros los hará sentirse más frescos. Nada más lejos de la realidad: el pelo de tu mascota la protege de los rayos del sol y el calor, por lo que si se lo cortas, estará más expuesto a las altas temperaturas e incluso podría sufrir quemaduras en su piel. Sí que te aconsejamos que lo cepilles regularmente para retirar el exceso de pelo y ayudarlo a refrescarse. Incluso, dependiendo de su raza, puedes llevarlo a la peluquería canina para un ligero deslanado. Pero nada de cortes drásticos, ya que sin la protección de su manto, tu perro será más vulnerable a los golpes de calor.
Las espigas son vainas que recubren semillas de diversas plantas gramíneas. Aunque suelen florecer ya en primavera, es en verano cuando se secan, adquiriendo un color amarillento. Estas plantas son muy peligrosas para los perros, ya que su forma de punta de flecha puede ocasionar que se claven en su piel, mucosas, oídos, entre los dedos o bajo los párpados. Si se introducen en su nariz o garganta podrían impedir la respiración. Para evitar que la cosa se complique (en algunos casos puede incluso necesitarse cirugía), trata de detectar las espigas en los paseos y excursiones con tu perro e intenta no pasar por estas zonas. En verano todos disfrutamos más que nunca de la naturaleza y el aire libre, pero permanece atento a estas fastidiosas plantitas. No olvides revisar el cuerpo de tu mascota y cepillarla bien después de una salida por el campo o cualquier zona con hierba.
Con la llegada del calor proliferan los parásitos, como las garrapatas o las pulgas. Si quieres mantener a tu peludo a salvo de estas infecciones -y de otras más graves como el mosquito de la Leishmania- no olvides llevar al día las desparasitaciones mediante pipetas, collares, spray o el método que escojas. Los parásitos pueden ser muy molestos para tu perro, además de que pueden causar complicaciones de diferente gravedad. ¡No te arriesgues! Si notas que tu peludo se rasca demasiado o su comportamiento ha cambiado, llévalo al veterinario para una revisión. De igual manera, una revisión exhaustiva de su pelo tras las salidas al aire libre te ayudará a mantener a raya a algunos parásitos.
Si tu peludo es un glotón, en verano deberás tener especial cuidado. Lo mejor es dividir sus comidas en varias porciones más pequeñas a lo largo del día, evitando los atracones o que se alimente demasiado rápido. Con el calor intenso, cuanto menos trabajo tenga el sistema digestivo de tu perro, mucho mejor. Evita que haga ejercicio o que se exponga al sol después de las comidas.
La época estival es sinónimo de vacaciones. Si te vas de viaje con tu perro, recuerda hacerlo con seguridad, ya sea un traslado en coche, en autobús o en avión. Infórmate muy bien de las normas de transporte y procura acostumbrar a tu perro poco a poco para evitar traumas innecesarios. Si el viaje es en coche, puedes llevarlo en transportín, atado con arnés o en una jaula en el maletero dependiendo de su tamaño. Recuerda hacer descansos y ten presente siempre el bienestar de tu perro. Y nunca, nunca, lo dejes solo en el vehículo cerrado, ya que la temperatura podría subir rápidamente con consecuencias fatales para tu mascota.
Disfrutar de un día en la playa o en la piscina con tu perro es una experiencia muy bonita y divertida. Muchos perretes disfrutan de lo lindo retozando por la arena, cazando olas y excavando hoyos. Sin embargo, ten cuidado con los golpes de calor y lleva una sombrilla para que tu perro pueda refugiarse a la sombra. Además, deberás comprobar la temperatura de la arena para que no esté demasiado caliente para sus almohadillas. Por otro lado, ten en cuenta que las piscinas para personas pueden contener cloro y otros químicos perjudiciales para tu mascota, por lo que te aconsejamos que compres una piscina especial para perros con agua natural. Aquí tu peludo podrá refrescarse y chapotear de manera segura. ¡Al agua patos!