Los perros necesitan medicinas y dosis específicas para su organismo
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Sabemos lo mal que se pasa cuando tu mascota está decaída, siente dolor o no tiene ganas de jugar. Los perros son animales que, en condiciones normales, suelen mostrarse muy alegres y activos, por lo que verlos enfermos nos causa un gran impacto y preocupación. En estos momentos, quizá alguna vez has tenido la tentación de darle una medicina de tu botiquín a tu peludo para que se sintiera mejor. Pero tienes que saber que esto nunca es una buena idea. Medicar a tu perro con sustancias diseñadas para humanos es muy peligroso, ya que su organismo funciona de manera diferente y metaboliza estos medicamentos de un modo distinto. Aunque tu intención sea buena, administrar a tu perro una medicina con una formulación ideada exclusivamente para personas, resulta muy arriesgado, ya que podría causarle reacciones adversas, en algunos casos muy graves. Esto puede suceder incluso si se trata de medicamentos de uso cotidiano o de venta libre que todos tenemos en casa. ¡Mucho cuidado con “automedicar” a tu perro!
1- Peligros de los medicamentos para personas en perros
2- ¿Qué medicamentos humanos son peligrosos para los perros?
Si tienes la sospecha de que a tu perro le pasa algo, lo primero que debes hacer es agendar una cita con el veterinario, pero nunca le des un medicamento por tu cuenta sin consultarlo con un profesional y calculando la dosis a ojo. Estos son algunos de los problemas que podría sufrir tu peludo si lo medicas con productos para consumo humano.
Problemas en los órganos. El organismo de un perro metaboliza de manera distinta a la de una persona los compuestos químicos que contienen las medicinas. Al no eliminarse correctamente, estas partículas pueden acumularse en los diferentes órganos del animal, causando fallos en los riñones, hígado o pulmones.
Fallo en el diagnóstico. Por mucho que conozcas a tu perro, es difícil que sepas a ciencia cierta lo que le ocurre. Medicar a tu peludo sin un diagnóstico, dando por hecho lo que le está haciendo encontrarse mal, es sumamente peligroso. Por un lado, la medicina que le administres podría perjudicar el problema real, y por otro, cada día que pase sin ir al veterinario estará dejando de recibir el tratamiento adecuado para su dolencia.
Sobredosis. Las medicinas humanas se presentan en formatos que nos permiten ingerir fácilmente la dosis que nos corresponde. Pero el organismo de los perros es diferente, por lo que te resultará imposible calcular la cantidad de medicina que necesita tu mascota. Ni siquiera partiendo la pastilla por la mitad sabrás si le estás dando la dosis adecuada. Lo mejor es no arriesgarse, ya que los efectos podrían llegar a ser graves. Cada perro necesita una dosis distinta de medicamento en función de su peso y su edad, y esto no es algo que puedas calcular a ojo o con una consulta rápida en Internet.
Las medicinas humanas que más comúnmente pensamos en darle a nuestros perros son aquellas que, por su cotidianeidad y accesibilidad, percibimos como inocuas. Para ti puede ser algo muy común tomarte un analgésico para el dolor de cabeza. Probablemente, las pastillas que usas para ello te alivian el malestar y no te causan ningún efecto secundario. Pero no olvides que hablamos de químicos, que incluso en el caso de las personas tienen siempre unos efectos sobre el cuerpo, sobre todo si abusamos de ellos durante largo tiempo. En el caso de los perros, esto todavía es peor, ya que su organismo no está preparado para procesar estos compuestos y pueden darse reacciones de diferente gravedad. Estos son los principales medicamentos humanos que nunca deberías darle a tu mascota:
Los medicamentos antiinflamatorios actúan en las personas aliviando la inflamación, como su nombre indica, y también reduciendo el dolor. Uno de los más populares es el ibuprofeno, que está presente en la mayoría de botiquines de los hogares. Sin embargo, esta medicina no es aconsejable para perros, ya que daña las mucosas gástricas, provocando úlceras, diarreas, vómitos y dolor abdominal. En el peor de los casos puede terminar por ocasiones fallos renales, con consecuencias letales.
El paracetamol es uno de los analgésicos más conocidos y al que más recurrimos de forma cotidiana para aliviar procesos dolorosos, ya que se puede comprar sin receta. Pero darle este compuesto a tu mascota podría causar una destrucción de los glóbulos rojos, responsables de transportar el oxígeno, causando la intoxicación de ciertos tejidos. Además, el paracetamol también puede tener efectos negativos en el hígado de tu perro.
Una persona nunca debería tomar antibióticos sin la prescripción médica correspondiente, ya que, a la larga, se genera una resistencia en el organismo que obliga a emplear cada vez medicaciones más agresivas, complicando mucho los tratamientos. Con los perros sucede lo mismo, solo que además, se suma el riesgo de intoxicación al resultar muy difícil calcular la dosis idónea. Los síntomas más frecuentes son los vómitos y la salivación excesiva, aunque a la larga pueden causar daños hepáticos y renales.
Este también es un medicamento de uso común en personas que podemos llegar a pensar en usar en perros. De hecho, en una dosis adecuada, tu veterinario podría prescribir esta medicina a tu peludo. Pero jamás debes darle aspirina a tu perro por tu cuenta, ya que podrías causarle vómitos, problemas en el riñón, fiebre o convulsiones como reacciones a una sobredosis.
Algunos perros lo pasan muy mal en los viajes en coche o cuando van al veterinario porque no han sido correctamente socializados, es decir, no les hemos habituado desde cachorros con una exposición paulatina. Muchas personas pueden pensar en medicar a sus mascotas con tranquilizantes tipo Diazepam para aliviar sus nervios en momentos de estrés. Sin embargo, esto es totalmente desaconsejable y muy peligroso, ya que podría causar un efecto paradójico en su organismo, causando aún más nerviosismo, además de verse afectado el hígado. Las benzodiacepinas se usan en perros con epilepsia en dosis adecuadas y siempre bajo la supervisión de un veterinario.
En definitiva, si notas a tu perro decaído y crees que podría estar enfermo, no te la juegues. Llévalo al veterinario para que realice un diagnóstico y, si es necesario, le recete el medicamento más adecuado para que muy pronto se encuentre mejor y vuelva a ser el mismo.